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Sindrome de Wolf-Parkinson-White

Los impulsos del corazón no siempre toman el camino correcto.

 

Nuestro corazón late gracias a los impulsos eléctricos que se generan en el nódulo sinusal. Luego, estos impulsos van a las aurículas, de manera que las contracciones de los músculos puedan bombear la sangre.

 

La ruta de los impulsos eléctricos sigue hasta un grupo de células que se conocen como el nódulo auriculoventricular. Ahí la señal baja la intensidad para que se llenen de sangre los ventrículos y posteriormente, se inicie el proceso de bombeo al resto de los órganos, entre ellos los pulmones.

 

Con el Síndrome de Wolff-Parkinson-White, los impulsos no siguen el camino regular, sino que toman una ruta adicional que conecta las aurículas y ventrículos.

 

De esta forma, los impulsos eléctricos no pasan por el nódulo auriculoventricular, con lo cual se activa demasiado rápido el proceso, generando episodios donde la frecuencia cardíaca aumenta rápidamente, es decir, se produce taquicardia.

 

Sistema eléctrico en falla: impulsos diferentes.

 

Al ocurrir el Síndrome de Wolff-Parkinson-White, se producen dos tipos de impulsos eléctricos anormales que traen como consecuencia un mal funcionamiento del corazón:

Impulsos en bucle: Las señales eléctricas en bucle, hacen que los ventrículos bombeen rápido y por supuesto, que los latidos se aceleren.

Impulsos eléctricos desorganizados: Ocasionan fibrilación auricular con lo cual, los ventrículos no pueden llenarse y por ende, no envían sangre al resto del cuerpo.

 

 

¿Quiénes padecen el síndrome de wolff-parkinson-white?

 

Cualquier persona puede tener este síndrome, pero en general, esta vía extra por la cual transitan los impulsos eléctricos del corazón es congénita, es decir, viene desde el nacimiento, por lo que es común en niños y bebés que experimentan taquicardia o aumento de la frecuencia cardíaca.

 

Según estudios, el Síndrome de Wolff-Parkinson-White, se presenta en mayor porcentaje en hombres que en mujeres.

 

Finalmente, la anomalía de Ebstein es otra de las probables causas del síndrome.

Cuando el corazón no solamente se acelera de la emoción

 

La mayoría de las personas que padecen el Síndrome de Wolff-Parkinson-White, permanecen asintomáticas. Sin embargo, como el corazón late aceleradamente, produce una serie de síntomas:

 

  1. Palpitaciones: cuando los latidos rápidos son sentidos por la propia persona
  2. Mareos
  3. Problemas para respirar
  4. Fatiga
  5. Ansiedad

En los pocos casos que el este síndrome ocasione fibrilación auricular,  los síntomas son: Dolor y opresión en el pecho, dificultad para respirar y desmayo. Si se presenta alguno de ellos, lo más recomendable es acudir al médico.

La sintomatología varía un poco cuando se trata de niños pequeños: respiración rápida, color de piel cenizo, agitación, irritabilidad y problemas para comer.

 

Devolviéndole el ritmo al corazón

 

 

 

Aunque este síndrome tiene mayores complicaciones, sí es posible que exista un mayor riesgo de muerte súbita.

 

De acuerdo a lo que determine el especialista, si hay una alta probabilidad de tener cualquier problema cardíaco grave, se puede optar por la ablación, que consiste en eliminar la vía o ruta adicional con corrientes de radiofrecuencia.

 

Este procedimiento quirúrgico tiene un alto porcentaje de éxito, que alcanza el 90%.

 

Otra opción muy utilizada y no invasiva, es controlar las arritmias con medicamentos especiales para ello.

 

Por último, también se puede realizar una cardioversión eléctrica, es decir un choque eléctrico en el tórax para resincronizar el ritmo del corazón.

 

Sin embargo, la decisión final de cuál es el tratamiento adecuado, la tomarán el médico en conjunto con su paciente, de acuerdo a las características y necesidades de cada persona en particular.

 

Si crees que tú, tu hijo o algún familiar podría padecer el Síndrome de Wolff-Parkinson-White, no dudes en consultarnos.

¿Tienes alguna duda? Escríbenos

 

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